La Biblia nos dice que nadie ha visto a Dios (Juan 1:18) excepto el Señor Jesucristo. En Éxodo 33:20 Dios declara, “No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.” Estos textos parecen contradecir otras Escrituras que describen a varias personas “viendo” a Dios. Por ejemplo, * Éxodo 33:19-23 describe a Moisés hablando con Dios, “cara a cara”. ¿Cómo es que Moisés pudo hablar con Dios “cara a cara” si nadie puede ver el rostro de Dios y vivir? En este caso, la frase “cara a cara” es una figura del lenguaje, indicando que ellos tenían una estrecha comunión. Dios y Moisés hablaban entre ellos “como si” fueran dos seres humanos teniendo una conversación privada.
En Génesis 32:30, Jacob vio a Dios aparecer como un ángel. Él realmente no vio a Dios. Los padres de Sansón estaban aterrorizados cuando se dieron cuenta de que habían visto a Dios (Jueces 13:22), pero ellos solo lo vieron aparecer como un ángel. Jesús era Dios encarnado (Juan 1:1,14) así que cuando la gente lo veía, ellos veían a Dios. Por lo que, si, Dios puede ser “visto” y mucha gente ha “visto” a Dios. Al mismo tiempo, nadie jamás ha visto a Dios revelado en toda Su gloria. En nuestra caída condición humana, si Dios se revelara totalmente a nosotros, seríamos consumidos. Por esta razón, Dios mismo se oculta y aparece en formas en la cuales podemos “verlo”. Sin embargo, esto es diferente a ver a Dios en todo el despliegue de Su gloria y santidad. La gente ha visto visiones de Dios, imágenes de Dios y apariencias de Dios – pero nadie ha visto a Dios en toda Su plenitud (Éxodo 33:20).
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