LLAMADO EFICAZ

"Todo lo que el Padre ma da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le hecho fuera" (Jn.6:37)

viernes, 27 de mayo de 2011

La Glossolalia

Compendio

El interrogativo que queremos hacer es: ¿son las lenguas hoy día las mismas lenguas de las que Pablo habla en su carta a los (1 Co.14). Podríamos acercarnos a esta pregunta de varias formas, por ejemplo, el testimonio en el resto del libro de Hechos, o relacionando las historias de Hechos con las epístolas de Pablo y el resto del N.T. Vamos a considerar los siguientes puntos:

1) Dios había prometido un derramamiento de su Espíritu Santo sobre su pueblo en general. Y prometió señales para comprobar ese hecho (Jl.2:28-32).

2) El Espíritu prometido era aquél que había soplado sobre el hombre creándolo a la imagen de Dios. Este Espíritu cubriría todo el pueblo, trayendo un corazón dispuesto a la obediencia. Las promesas del A.T. enfatiza un corazón cambiado y una disposición de obediencia (Jer.31:31-33; Ez.36:25-27).

3) Las manifestaciones principales que Dios emplea en el A.T. para representar la presencia de su Espíritu son: viento (ruach), fuego, la columna de fuego que acompaño al pueblo de Israel durante el desierto.

En el A.T. Dios preparó el camino para poder entender la sustancia de lo que iba a hacer en el día de Pentecostés. Por eso se revela como viento y como fuego. Pero estas señales son periféricas. La iglesia no necesita estas señales tal como Adán no las necesitaba para obedecer a Dios antes de la caída. Eran “señales” no la sustancia. Pedro enfatiza esto en su sermón el día de Pentecostés (Hch.2).

¿Qué de las lenguas? En realidad las lenguas en sí parecen no formar parte de las señales de Pentecostés. La presencia de la profecía sí manifestaba un cumplimiento de las esperanzas del poder y llenura del Espíritu Santo. Pero ninguna profecía del A.T. menciona hablar en lenguas como señal del Espíritu Santo. Creo que podemos entender el hablar en lenguas (idiomas Hch.2:8) bajo el análisis en el cual Pablo lo trata en (1 Co.12-14).

Si queremos hablar de las lenguas como señal, eran señal para los no creyentes, lo cual concuerda con lo que Pablo dice en (1 Co.14:22). Bueno para no seguir abundando en el tema dejemos que el trabajo investigativo que he realizado hable por si solo.



I. Las lenguas del nuevo testamento eran instrumento de revelación.


Si dicha afirmación mencionada arriba es cierta quiere decir entonces que las lenguas que hoy día se hablan no son las mismas que se hablaban en el nuevo testamento, ya que las lenguas que se hablan hoy día son utilizadas con otro propósito. Hoy día muchos círculos eclesiásticos enseñan que el don de lenguas no es re-velatorio y por dicha razón pretenden confinarlo a un uso privado enseñando que es algo que se utiliza en el devocional privado o simplemente es algo a utilizarse de manera particular.

En muchas ocasiones (1 Co.14:2) es utilizado para enseñar que cuando la persona habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios, podemos notar en dicha escritura que es un poco contradictoria cuando la comparamos con el suceso en Pentecostés de (Hch.2); donde en ese momento queda claro que los visitantes podían entender en su propio idioma los que habían sido llenos del espíritu Santo. También queda claro que el apóstol Pablo da contundente instrucciones para que el don de lenguas sea utilizado de manera edificante por medio de la interpretación.

¿Qué significa que el que habla por el espíritu habla misterios? ¿Qué es un misterio en la palabra de Dios? Cuando estudiamos los textos en los que la palabra misterio aparece podemos darnos cuenta que un misterio es una verdad acerca de Dios, del plan de redención que una vez estuvo oculto pero que ahora es revelado. En el nuevo testamento o en el contexto del nuevo pacto un misterio es un fenómeno de revelación, es algo que el pueblo de Dios no conocía hasta que Dios quiso revelarlo. Dicho término se utiliza más de 20 veces en el nuevo testamento y Pablo es el más que lo utiliza, Jesús hace uso del término en (Mt.13:11) donde Jesús deja claro cuando dice “a vosotros os doy a conocer los misterios”. En (Ro.11:25) aquí el apóstol explica y da información de revelación divina acerca de los tiempos del fin y su plan para con su pueblo. En (Ro.16:25-26) enseña que este misterio es dado para que el pueblo obedezca, o sea una revelación de la voluntad de Dios. En (1 Co.4:1) queda claro que los predicadores son administradores de los misterios de Dios, esto me hace formular una pregunta ¿el predicador antes de hablar los misterios de Dios entienden los misterios de Dios? Porque queda claro que un predicador no puede anunciar los misterios de Dios si no entiende antes esos misterios de Dios, ya que suena ilógico que, como una persona hablaría de algo lo cual no entiende, el predicador es un administrador puesto por Dios para que dé a conocer sus misterios. En (1 Co.15:51) notamos como Pablo anuncia un misterio pero luego declara la información del misterio. En (Ef.1; 3:8-9; 6) podemos notar que la palabra misterio muestra algo oculto hasta que Dios lo quiso revelar.

¿Qué son las lenguas dice el apóstol Pablo? Por medio de las lenguas se habla misterio no jeringonza, voluntad de Dios revelada que hasta el momento había estado oculto porque eran días de revelación. El don de profecías al igual que el don de lenguas y su interpretación fue utilizado por Dios para revelar voluntad divina en medio de su pueblo en aquel entonces.

En dicho pasaje de (1 Co.14) se confirma que el don de lenguas era un instrumento de revelación. En los (vs.4-5) dice: “El que habla en lenguas, a sí mismo se edifica, pero el que profetiza edifica a la iglesia. Yo quisiera que todos hablarais en lenguas, pero aún más, que profetizarais; pues el que profetiza es superior al que habla en lenguas, a menos de que las interprete para que la iglesia reciba edificación”.

Lo que podemos notar de dichos versos mencionados arriba es que para Pablo la profecía y las lenguas con su interpretación eran equivalentes. Según John Macarthur en “Carismáticos” pág.229 dice: “Pablo no estaba recomendando el uso del don en violación de su propósito y sin tomar en cuenta el principio del amor (“el amor... ni busca lo suyo propio” 1 Co.13:15). La palabra “edifica” en (14:4) según la concordancia Strong es “oikodoméo” que significa “ser constructor de la casa” o simplemente “construir”. Puede llevar una connotación positiva o negativa, dependiendo del contexto, por ejemplo en (1 Co.8:10) se utiliza la misma palabra griega para hablar de “estimular” la conciencia de alguien para hacer el mal. Los Corintios estaban usando las lenguas para edificarse a sí mismos en un sentido egoísta. Sus motivos no eran sanos, sino egocéntricos. Su pasión por las lenguas surgió de un deseo de ejercitar los dones más espectaculares y llamativos enfrente de otros creyentes. El punto de Pablo era que nadie se beneficia de tal exhibición excepto la persona que habla en lenguas, y el principal valor que obtiene de ello es edificar su propio ego. En (1 Co.10:24) Pablo ya había hecho claro este principio: “nadie busque su propio bien, sino el bien del otro”. Al igual que Pablo, Pedro es igual de enfático cuando dice en (1 P.4:10) “cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido”

Desde el principio hemos querido demostrar que el don de lenguas era un don de revelación, por lo cual también el apóstol Pablo hace énfasis en dicho propósito ya que en (1 Co.14:16-17) Pablo escribió: “pues de otro modo, si das gracias con el espíritu, ¿cómo dirá amén a tu acción de gracias el que ocupa el lugar de indocto, ya que no sabe lo que estás diciendo? Porque tú, a la verdad, expresas bien la acción de gracias, pero el otro no es edificado”. En otras palabras, los que hablaban en lenguas en corintio estaban siendo egoístas, ignorando al resto de la gente en la congregación, y en vez de edificar, turbaban con el don el mensaje que tenía el propósito de comunicar, y haciendo todo sólo para satisfacer sus propios egos, para exhibirse y para demostrar su espiritualidad unos a otros.
Ahora ¿qué era lo que edificaba del don de profecía? ¿Acaso era el tono de voz del profeta? ¿La voz vibrante del que hablaba? ¿La manera extravagante de como Dios utilizaba a los hombres? No, lo que edificaba del don de profecías era el mensaje contundente y claro de parte de Dios por medio de labios de un hombre. Por tal razón Dios utiliza el medio verbal para que podamos entender y comprender la buena voluntad de Dios. Lo mismo ocurre con el don de lenguas, escuchar a una persona hablando lenguas no es lo que edifica, lo que edifica es su interpretación, o sea el mensaje claro que llega a la conciencia del ser humano. Dicho de otro modo, el entendimiento es lo que nos lleva a la edificación personal. Dios nos edifica por medio del entendimiento de la verdad, para que el mensaje sea de edificación para el pueblo de Dios debe ser inteligible o sea entendible.

¿Para qué Dios dio el don de profecía? Para revelar su verdad ¿Para qué Dios dio el don de lenguas y su interpretación? Igualmente, para revelar su verdad. Amenos que estemos dispuestos a decir que las lenguas que se hablan hoy son revelación divina al mismo nivel de las profecías de las Escrituras no podemos decir que se tratan de las lenguas del N.T. Si son las mismas es porque la revelación divina continúa ya que las lenguas en el N.T eran reveladoras, el don de lenguas era un instrumento de revelación divina.

II. El don de lenguas eran otros idiomas.

Una gran parte de los grupos eclesiásticos enseñan que el don de lenguas es un idioma particular dado por Dios al ser humano la cual se adentran en una comunicación directamente con Dios. En la mayoría por no decir que todos los casos el emisor no entiende lo que dice. Simplemente por dar una definición propia del don de lenguas según la biblia se podría decir que las lenguas habladas en (Hch.2) no fueron idiomas aprendidos, pero por testimonio de la misma escritura queda demostrado que tampoco era un tipo de balbuceo.

Ahora, ¿Qué quiso decir Pablo con “lenguas… de ángeles”? Muchos creen que Pablo estaba sugiriendo que el don de lenguas incluye alguna clase de lengua angelical o celestial. Sin embargo, no hay ningún tipo de garantía en el texto mismo de tal criterio. En este momento sería importante aclarar que Pablo no sugiere a su audiencia algún tipo de lenguaje privado con Dios sino que más bien Pablo hace un tipo de caso hipotético.

“Los verbos griegos en 1 Corintios 13:2-3 están en subjuntivo. El modo subjuntivo se usa para indicar lo imaginario o una situación contraria a la realidad. Una gramática griega explica: “Mientras que el indicativo asume realidad, el subjuntivo asume irrealidad. Es el primer paso aparte de lo que es real en la dirección de lo que solamente es concebible” (H.E.Dana y J.R. Mantey, A Manual Grammar of the Greek New Testament (Un manual de gramática del griego del Nuevo Testamento) (Toronto: Macmillan, 1957, 170).

En palabras entendibles, Pablo simplemente habla de manera teórica, sugiriendo que aunque eso fuera verdad, sin amor esas cosas no tendrían significado. Para probar su punto de la necesidad del amor, Pablo estaba tratando de extender sus ejemplos a límites extremos. Al realizar un breve recorrido por las Escrituras ya sea A.T. o N.T. podemos notar que los mensajeros angelicales de Dios se comunicaron a los humanos en el propio idioma humano. Después de dicha declaración podría surgir el argumento “de que por el simple hecho de ser antes angelicales conocen todos los idiomas” pero queda claro que en la Escritura no se da algún indicio de que los ángeles tengan algún idioma en particular.

En ninguna parte en la Biblia enseña que el don de lenguas sea algo distinto a los lenguajes humanos. Tampoco hay ninguna sugestión de que las verdaderas lenguas descritas en 1 Corintios 12-14 fueran materialmente diferentes de los lenguajes milagrosos descritos en Hechos 2 en Pentecostés. De hecho, cabe señalar que el término “lengua” en (Hch.2 y 1 Co.14:2) viene del término “glossa” (γλω̂σσα) se usa como: (1) las «lenguas… como de fuego» (Hec:2:3), que aparecieron en Pentecostés; (2) la lengua, como órgano del habla (p.ej., Mar:7:33; Rom:3:13 ; Rom:14:11; 1Co:14:9 ; Flp:2:11; Stg:1:26 ; Stg:3:5-6, Stg;3:8; 1Pe:3:10 ; 1Jn:3:18 ; Rev:16:10); (3) (a) un lenguaje, lengua; junto con fule , tribu, laos , pueblo, ethnos , nación, siete veces en Apocalipsis (Ap.5:9; Ap.7:9; Ap.10:11; Ap.11:9; Ap.13:7; Ap.14:6; Ap.17:15); (b) el don sobrenatural de hablar en otro lenguaje sin haberlo aprendido; (Diccionario Vine N.T.)

En Hechos es claro que los discípulos estaban hablando en lenguas conocidas. Las personas judías presentes durante ese momento en Jerusalén “estaban confundidos, porque cada uno les oía hablar en su propio idioma” (2:6). Lucas procedió a mencionar al menos 15 diferentes países y regiones donde se hablaban esos idiomas (vv.8-11). Muchos estudiosos señalan que la expresión “lenguas extrañas” (1 Co. 14) describe un lenguaje que no es de este mundo. Sin embargo, cuando nos acercamos al texto griego podemos ver que la expresión “extraña” no está presente, dando a entender que dicha expresión fue añadida por los traductores de dicha versión (Reina Valera 1960). Glossa siempre aparece en forma plural de principio a fin de los Hechos, indicando lenguas múltiples. En 1 Corintios 14, sin embargo, Pablo empleó tanto la forma singular como plural. ¿Qué podríamos decir en cuanto a dicho cambio entre el singular y el plural? Bueno, una breve explicación es que sería posible que al usar el término “lengua” en singular en los (vv.2, 4, 13, 14, y 19) se estaba refiriendo al balbuceo pagano falsificado que algunos de los creyentes corintios estaban usando evidentemente en vez del verdadero don de lenguas. El habla sin significado era la misma cosa fundamentalmente, de modo que la forma plural era innecesaria. Cuando Pablo se refería claramente al auténtico don de lenguas, usaba el plural “lenguas”. La única excepción es (1 Co.13:27) donde Pablo describe a un hombre que hablaba una lengua, de modo que el singular “lengua” era aquí necesario también. La RVR usa la palabra “extraña” solamente cuando la forma de glossa es en singular. Si esta diferenciación entre el singular “lengua” y el plural “lenguas” significa la diferencia entre un idioma verdadero y un mero balbuceo, tal vez la versión RVR está en lo correcto al añadir el adjetivo, después de todo. Entendido en esta forma, la “lengua extraña” no es una manifestación del verdadero don espiritual, sino una corrupción pagana.

Otra indicación más de que Pablo tenía en mente lenguajes humanos es su declaración en 1 corintios 14:21-22, de que las lenguas eran dadas como señal al incrédulo Israel: “En la ley está escrito: En otras lenguas y en otros labios hablaré a este pueblo, y ni aun así me harán caso, dice el Señor”. Pablo se refería a Isaías 28:11-12, una profecía que decía a la nación de Israel que Dios daría su revelación en lengua gentil. Eso era un reproche a Israel en su incredulidad. Para que fuera una señal significativa, las lenguas deberían haber sido extranjeras, no algún tipo de “habla angelical”.

¿Cuál es el propósito de las lenguas? Bueno, dicha pregunta será contestada en el transcurso de dicho ensayo. El N.T. no tiene ninguna sugerencia de que las lenguas que se mencionan en corinto fueran diferentes a las de Pentecostés, antes todo lo contrario, el fenómeno de Pentecostés lo hallamos en (Hch.10) con la conversión del primer gentil Cornelio, Dios habla a Cornelio, Dios habla a Pedro, los reúne y Pedro es testigo y junto a Pedro los Judíos que le acompañaban estaban atónitos “porque el don del Espíritu Santo fue derramado también sobre los gentiles” (Hch.10:45-46). Pedro concluyó: “¿Acaso puede alguno negar el agua, para que sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros?” (Hch.10:47). Pedro da a entender que la experiencia por la que estaban pasando los gentiles era la misma experiencia por la que los judíos habían pasado en (Hch.2) o sea también eran idiomas las lenguas que los gentiles hablaron (Hch.11:15). ¿Por qué los judíos estaban atónitos en ese momento con la experiencia de Cornelio? Porque oyeron que los gentiles hablaban en lenguas y glorificaban a Dios. Aunque las lenguas eran primeramente una señal de juicio para el incrédulo Israel (1 Co.14:21-22), Dios repitió aquí el fenómeno como una manera de demostrar a los creyentes judíos que el Espíritu Santo había venido a los gentiles tal como lo había hecho con ellos. En (Hch.11) El concilio de Jerusalén sorprendidos como estaban, no podían negar lo que había pasado. Ellos retuvieron la paz, glorificaron a Dios, y reconocieron que Dios había concedido misericordiosamente a los gentiles también el arrepentimiento que lleva a la vida (Hch.11:18). La iglesia era una: judía y gentil (comp. Gal.3:28; Ef.2:14-18). Esto es el cumplimiento de la promesa de (Hch.1:8).

En (1 Co.14) se usa la misma terminología, dice en (Hch.2) “y comenzaron hablar en otras lenguas”, dice en (1 Co.14) “en otras lenguas y con otros labios hablare a este pueblo” o sea es el mismo lenguaje y el termino original es (glossa) lógicamente refiriéndose a idiomas. En (1 Co.14) Pablo utiliza un texto del A.T. que es el texto de Isaías ya mencionado anteriormente de (Is.28) en el cual lógicamente se habla de otros idiomas.

William Samarin, profesor de lingüísticas en la Universidad de Toronto, escribió: A través de un periodo de cinco años he tomado parte en reuniones en Italia, Holanda, Jamaica, Canadá y los Estados Unidos. He observado pentecostales chapados a la antigua y a neo pentecostales; he estado en pequeñas reuniones en hogares privados y también en reuniones públicas enormes; he visto ambientes culturales tan diferentes como los que se encuentran entre los puertorriqueños del Bronx, los manejadores de serpientes de los Apalaches y los molokanes rusos en los Angeles… Glossolalia es ciertamente como lenguaje en alguna manera, pero esto es solamente porque el que habla (inconscientemente) quiere que sea como lenguaje. Sin embargo, a pesar de sus similitudes superficiales, la glosolalia fundamentalmente no es un lenguaje. William J. Samarin, Tongues of Men and Angels (New York: Macmillan, 1972) xii, 227.

Todos los estudios están de acuerdo en que lo que escuchamos hoy en día no es lenguaje; y si no es lenguaje, entonces no es el don bíblico de lenguas. Solo el don bíblico de las lenguas revoca a Babel y trae reconciliación a las naciones. ¿Qué ocurrió en Babel? La confusión de los idiomas, ¿Qué ocurre en Pentecostés? La unión de los pueblos, que aunque hablan distintos idiomas pero unidos por un mismo Cristo. Este punto revoca casi la totalidad de lo que se quiere enseñar hoy día con relación a las lenguas o con lo que se dice son lenguas.

III. Las lenguas del N.T eran para consumo público no para uso privado.

¿Qué son los dones? Los dones son capacidades especiales del Espíritu Santo para que nos ministremos y nos sirvamos unos a los otros y todos fueron dados para provecho como dice el apóstol Pablo. El propósito de estos dones carismáticos es, en primer término, la edificación de toda la iglesia (1 Co. 12.4–7; 14.12), queda claro que también Pedro cuando habla de los dones en (1 P.4:11) le da el mismo propósito y Pablo cuando habla de los dones en (Ro.12); o sea, claramente se puede decir que la enseñanza bíblica de los dones es que son de beneficio para los demás hermanos. Es por tal razón la imagen del cuerpo que Pablo utiliza donde el ojo no se sirve así mismo, el ojo sirve al cuerpo entero, donde la mano no se sirve a sí misma, sino que sirve al cuerpo entero.

Vale la pena detenerse en esta definición para estudiarla en detalle. Primero, define a un don espiritual como habiendo sido otorgado al creyente por Dios, como está implícito en la frase "don espiritual". En el Nuevo Testamento, la palabra para este tipo de don (la palabra que es utilizada la mayor parte de las veces con referencia a los dones) es charisma o charismata (en plural). Nuestra palabra carismático proviene de esta raíz, si bien la palabra tiene un uso más restringido que el original. Lo más importante de la palabra charisma es que está basada en la palabra griega charis, que significa "gracia". Como la gracia es el favor inmerecido de Dios, el énfasis es que los dones espirituales son dispersados por Dios según quiera. Un cristiano ha de recibir un don; otro cristiano, otro don. Algunos pueden recibir más de un don. Pablo puso el énfasis sobre esto en el versículo que recién hemos citado. "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere" (1 Co 12:11).

Una de las señales de la iglesia es la unidad. Esta marca es inherente a la misma definición de la iglesia. La iglesia está (1) fundada sobre el Señor Jesucristo, (2) creada por el Espíritu Santo, y (3) conformada por personas de todas las razas que se convierten en un nuevo pueblo a la vista de Dios. Si la iglesia ha sido fundada en Jesucristo, tiene un fundamento, lo que significa un Señor y una teología en torno a él. Si ha sido creada por el Espíritu Santo, la experiencia fundamental del pueblo de Dios es idéntica. Provienen de distintos orígenes, pero son llamados a una relación con Dios por una obra de regeneración, justificación y adopción. Si se han convertido en un pueblo nuevo, evidentemente están apartados del mundo como una entidad separada y santa.

Una persona que se convierte en cristiana puede apreciar esta unidad. Antes, esta persona en mayor o menor medida dependía de sí mismo o de sí misma. Ahora, todo eso ha cambiado. Como lo expresa Pablo cuando escribe a los Efesios: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios" (Ef. 2:19).

Pero uno no ha sido un miembro de la iglesia por mucho tiempo antes de que le sea obvia la mucha diversidad que hay dentro de ella. Algunas son resultado del pecado y son por lo tanto enteramente injustificadas. Otras, en realidad, son el regalo de Dios a la iglesia y son de vital importancia para el correcto funcionamiento de la iglesia en el mundo.

Este énfasis que tiene dos vertientes, la unidad y la diversidad, aparece en varios pasajes del Nuevo Testamento. Por ejemplo, en el capítulo 4 de Efesios, un número de frases hablan con elocuencia sobre nuestra unidad. "Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos" (vs. 4-6). Pero no ha acabado Pablo de articular esta verdad cuando pasa a hablar sobre la diversidad que existe en el campo de los dones. "Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo... Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio para la edificación del cuerpo de Cristo" (vs. 7,11-12). En los siguientes versículos ilustra este punto hablando sobre un cuerpo, el cual aunque es un solo cuerpo, tiene sin embargo muchas partes funcionales diferentes.

En 1 Corintios los ejemplos de la unidad y la diversidad están mezclados. "Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo" (1 Co 12:4-6). Después de enumerar nueve de estos dones, el apóstol concluye: "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere" (vi. 11).

El libro a los Romanos tiene un énfasis similar. "Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros" (Ro 12:4-5).

Estos versículos nos están enseñando que la salud de la iglesia requiere un cierto tipo de unidad y un cierto tipo de diversidad. No hay ninguna iglesia sin la presencia de esta unidad, nuestra relación con Cristo mediante la obra del Espíritu de Dios que todos compartimos. Sin ella, estamos todavía en nuestros pecados. Por otro lado, sin la diversidad, la iglesia no puede ser saludable y ciertamente no funcionará adecuadamente, como un cuerpo al que le faltan los brazos o las piernas.

Ahora, puede levantarse el argumento o la pregunta ¿No utilizaba Pablo el don en su vida privada? Esto quieren enseñar muchos, mal interpretando lo dicho por Pablo en (1 Co.14:18-19) “Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros; (v.19) sin embargo, en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para instruir también a otros, antes que diez mil palabras en lenguas”. Muchos dicen “aquí Pablo está haciendo un contraste de lo que él hace en su vida privada y lo que hace en su vida pública”. Pero el contraste bíblico no es entre usar el don en privado o usarlo en público, sino más bien entre los corintios en su obsesión con los dones más extraordinarios y el interés que tenía Pablo del bienestar de la iglesia. Pablo más bien amonesta a los hermanos de Corintios ya que estos lo que hacían era un espectáculo, una ostentación de los dones que ellos tenían. Pablo en otras palabra lo que les dice es “procuren edificar al pueblo de Dios”. Lo que el apóstol le deja claro es que estaban siendo motivados por un fuerte deseo de sobresalir y no de edificar al pueblo de Dios.

Pablo señala que los dones del Espíritu tienen un propósito: la edificación y la unidad de la iglesia (12:12-27). En un sentido estos son dos propósitos diferenciados. Pero Pablo los consideró a ambos por medio de la imagen del cuerpo a la que cada una de las partes contribuye. Hizo hincapié en que: (1) hay "muchos miembros" en el cuerpo (vs. 12); (2) todos "son indispensables" (vs. 22); y
(3) no debería haber "discordia" (vs. 25). Si el ejercicio en particular del don de lenguas no promueve el crecimiento o, peor aún, conduce a la cisma, entonces el don no es de Dios o está siendo ejercido de manera contraria a los propósitos de Dios.

Pablo indica (posiblemente en este caso para humillar a quienes se estaban jactando de su don de lenguas) que si los dones hubiesen de ser enumerados según el orden de importancia, las lenguas siempre estarían muy atrás en la lista (12:28-14:12). Podemos apreciar esto de diversas maneras. Siempre que enumeró los dones, las lenguas y la interpretación de lenguas estuvieron en el último lugar. Esto está muy marcado en 1 Corintios 12:28, donde Pablo especialmente enumeró los dones: "Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas". Pablo hizo esta acotación, además, enfatizando la importancia del amor. Su preocupación por el amor era tan grande que interrumpió su discusión sobre los problemas de los dones para hablar sobre el amor (capítulo 13). Por último, concluyó que si había un don que debía ser buscado, este era el don de la profecía, que en este pasaje se refiere a la capacidad de predicar y enseñar la Palabra con claridad (14:1). Si bien Pablo también hablaba en lenguas, prefería hablar cinco palabras en un idioma inteligible que diez mil en una lengua desconocida (14:19).
Según Pablo es que el don de lenguas está plagado de peligros en particular y por lo tanto debe ser ejercido con precaución (14:13-38).

El primer peligro es el desorden. Pablo consideraba al desorden como una desgracia; la obra de Dios no tendría que tener lugar de ninguna manera desorganizada. En este punto en particular dejó establecidas algunas pautas. Primero, no se debería permitir que nadie hablara en la iglesia al mismo tiempo que otra persona estuviera hablando; las personas deberían hablar en turno. Segundo, no se debería permitir que todos hablaran, sino sólo a dos o tres. Tercero, no se debería permitir ni siquiera que estas personas hablaran en lenguas si no hubiera quien interpretara. En estos versículos, Pablo está ejerciendo control, no ocurriera que acallara la voz del Espíritu (algo que no tenía ningún deseo de hacer), pero al mismo tiempo y por las mismas razones, está garantizando que la voz del Espíritu sea escuchada por toda la asamblea. El Espíritu Santo, es obvio, no podría ser escuchado mientras todos estuvieran gritando y clamando al mismo tiempo bajo su supuesta influencia.

Un segundo peligro es el de un cristianismo sin contenido, algo que Pablo trata de contrarrestar insistiendo sobre la interpretación. Entonces, como ahora, el cristianismo estaba amenazado por un enfoque que hacía de la experiencia algo central. El contenido era secundario. Tener una experiencia emocional "fuerte" era el todo. Pero Pablo no deseaba permitirlo. Es cierto, no deseaba prohibir ninguna respuesta emocional a la verdad del cristianismo que fuese válida (y tampoco debemos hacerlo nosotros). Hay, y debe haber, emoción dentro del cristianismo. Pero no debe permitirse que las emociones se conviertan en la base de la fe. La revelación objetiva de Dios en la historia y en las Escrituras es la base del cristianismo. Si se confía en la experiencia por encima de la revelación, nos conducirá a una distorsión del cristianismo verdadero y a varios excesos.

Vemos esto en la actualidad, y no sólo en el movimiento de lenguas. Vemos un tipo de cristianismo emocional, casi carente de contenido, en donde la experiencia constituye el todo. Siguiendo el ejemplo de Pablo, debemos enfatizar el contenido. Francis Schaeffer escribe: "Debemos hacer hincapié sobre el hecho que la base para nuestra fe no es ni la experiencia ni la emoción sino la verdad como la ha entregado Dios en su forma verbal, proposicional, en las Escrituras, la cual primero aprehendemos con nuestras mentes - aunque, por supuesto, toda la persona debe actuar en base a ella". Francis A. Schaeffer, the New Super-Spirituality (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1972), p. 24.

John Stott hace la misma observación al argumentar en contra de un "cristianismo sin razonamiento". John R. W. Stott, Your Mind Matters (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 1972), p. 10.

IV. Las lenguas del Nuevo Testamento eran una señal.

Hemos llegado al punto más glorioso y central, Dios había profetizado acerca del descenso del Espíritu Santo el día de Pentecostés y cuando Pedro predica después de que todos fueron llenos del Espíritu Santo, el apóstol cita al profeta Joel: “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: (Hch.2:17) “Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; (v.18) y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Pedro está citando un texto del A.T. que habla sobre la profecía como cumplimiento de lo ocurrido en (Hch.2). Anteriormente comentamos que las lenguas con su interpretación son equivalentes a profecía. El don de profecía era revelación por parte de Dios, eran declaraciones inspiradas, no eran palabras inseguras, era un mensaje infalible o sea que se cumplía.

En el A.T existen tres referencias explicitas a las lenguas y siempre son explicaciones de que las lenguas eran una señal. Parte, de una maldición que había en el pacto de Dios para con su pueblo Israel por su desobediencia. En (1 Co.14:20-22) es cuando Pablo cita el texto de (Is.28); de manera que quien hace la unión o la relación entre la profecía de Isaías y el don de lenguas en (1 Co.14) es el mismo Pablo, en el (v.20) dice: “Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros. En la ley está escrito: POR HOMBRES DE LENGUAS EXTRAÑAS Y POR BOCA DE EXTRAÑOS HABLARE A ESTE PUEBLO, Y NI AUN ASI ME ESCUCHARAN, dice el Señor. Así que las lenguas son por señal no al creyente sino al incrédulo pero la profecía no a los incrédulos sino a los creyentes.

Bueno, ya para ir concluyendo el tema de la “glossolalia” quisiera tocar un último texto que muchas veces se mal interpreta y es el (v.28) de (1 Co.14); “pero si no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y que hable para sí y para Dios”. No podemos interpretar dicho texto fuera de su contexto, el (v.27) habla de la “glossa” mientras que el (v.29) de la profecía, entonces ¿qué quiere decir Pablo en el (v.28)?. Interpretar dicho texto como que Pablo está a favor del uso del don en la vida privada, sería ir en contra de la misma Palabra de Dios y la verdadera enseñanza que la misma desarrolla a través de sus páginas, sería no entender el verdadero propósito de los dones dados a la iglesia para el uso de asamblea, además, que pondríamos a Pablo en una contradicción ya que desde (1 Co. 12-14) su enseñanza es clara. Simplemente del “habla” del que menciona Pablo en dicho texto es la oración. Sería una enseñanza errónea decir que las lenguas son para beneficio propio a través de la oración ya que no podemos perder de perspectiva cual era el propósito de los dones y además de que el don de lenguas era de señal al incrédulo no a la iglesia.


Conclusión

Con este artículo he tratado de despertar interés en el estudio amplio del testimonio Bíblico, dando importancia al desarrollo de la revelación de Dios. La Palabra de Dios contiene una riqueza de enseñanza sobre la persona y obra del Espíritu Santo. Nuestra teología debe apoyarse en todas las facetas de estas enseñanzas, reconociendo tanto el desarrollo de la revelación como la interrelación de sus partes.

Lejos de producir una fe meramente “intelectualista” o “doctrinal”, el aprecio de toda la gama bíblica sobre el Espíritu Santo nos llevará a una comprensión mayor con nuestro Redentor. Nuestra obediencia buscará formas más fieles y profundas en qué manifestar nuestra transformación a la imagen de Dios y podremos enfocarnos en la esencia de la plenitud del Espíritu de Dios, el amor, la paz y la obediencia en el lugar de derramar energías buscando elementos extraños al evangelio. ¡Dios nos llene a nosotros y a nuestras iglesias de este Espíritu Creador y Redentor!

Redactor:Angel Vega "Luigie"
Esto es parte de una monografía para la clase de 1-2 de Contios.
Si la deseas completa dejame tu info.

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